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miércoles, 13 de julio de 2011

Relacionan las arrugas con la densidad ósea

Un nuevo estudio ha descubierto que mientras peores son las arrugan de una mujer durante los primeros años de su menopausia, menor es su densidad ósea, y por tanto más propensas a sufrir fracturas y lesiones en los huesos. Los resultados serán presentados este lunes en la 93ª reunión anual de la Sociedad Endocrina, que se celebrará en Boston.

"En las mujeres posmenopáusicas, la apariencia de la piel puede ofrecer una pista sobre sus características óseas, una relación que no había sido descrita antes", dijo a Eureka Alert el médico Lubna Pal, endocrinólogo reproductor y profesor asociado de la Escuela de Medicina de Yale.

Este es un estudio complementario a un ensayo multicéntrico en curso llamado Kronos -financiado por la Fundación Aurora, el Instituto Kronos y el Instituto de Investigación de Phoenix-.
El estudio incluyó 114 mujeres entre 40 años y 50 años de edad que habían registrado su último período menstrual en los últimos tres años y que no se habían sometido a una terapia hormonal. Las mujeres fueron excluidas de participar si se habían sometido a procedimientos cosméticos en la piel.
Estas mujeres recibieron una puntuación para las arrugas en la cara y cuello en función del número y la profundidad de éstas. La firmeza de la piel o la rigidez se midió en la frente y la mejilla. Los participantes del estudio también se sometieron a la medición de su densidad ósea por absorciometría dual de rayos X (DEXA) y por un dispositivo portátil de ultrasonido.


Los investigadores encontraron una correlación inversa significativa entre la puntuación de las arrugas y la densidad ósea. Es decir, a mayor puntuación (y cantidad) de arrugas, menor será la densidad ósea. Esta relación fue evidente en todos los sitios del esqueleto-cadera, la columna lumbar y el talón, y fue independiente de la edad, composición corporal y otros factores conocidos que influyen en la densidad ósea, dijo Pal. Además, una piel más firme en la cara y la frente también se asoció con una mayor densidad ósea.
Aunque la conexión entre los huesos y la piel puede parecer confusa, Pal explica que comparten elementos básicos comunes a un grupo de proteínas conocidas como colágenos. A medida que envejecemos, los cambios en el colágeno pueden producirse de la mano con los cambios relacionados con la edad de la piel, lo que se vincula con mayor cantidad de arrugas, la flacidez de la piel, y también se traduce en el deterioro de la calidad y cantidad ósea.


Los estudios a largo plazo son necesarios para fundamentar una relación entre las arrugas y el riesgo de fractura de huesos, dijo Pal.

"En última instancia, queremos saber si la cantidad de arrugas en la piel puede permitir la identificación de las mujeres que son más propensas a fracturas de huesos, especialmente el fémur o la cadera, lesiones a menudo fatales en personas mayores", dijo. "Si este es el caso, sumar este estudio de las arrugas de la piel a otros factores clínicos de riesgo puede permitir la identificación del riesgo de fractura en las poblaciones que no tienen acceso a una tecnología más costosa."

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